Estas competencias deberían comenzar a desarrollarse en la formación inicial, complementarse con los primeros años de ejercicio docente y actualizarse durante el desarrollo profesional de la carrera docente. Este planteamiento require ulna Nuevo concepción de la formación inicial y permanente del profesorado, puesto que la inserción de las tecnologías va a requerir la creación de nuevos modelos de aprendizaje, nuevos procedimientos y estrategias de búsqueda, organización, análisis y utilización de la información.
Existe un consenso que hoy en día el mundo necesita más y mejores docentes para responder a la demanda que la era de la información planeta a la sociedad en general y a la educación en particular. En este escenario se plantea la necesidad creciente que los docentes, ya sea los que están en ejercicio como aquellos que se ingresarán al sistema escolar, estén en condiciones de aprovechar los diferentes recursos tecnológicos para incorporarlos en forma efectiva en su práctica docente y desarrollo profesional.
Existe una serie referencias y sugerencias en diversas fuentes bibliográficas y experiencias nacionales e internacionales relacionados con el uso de las TIC en educación, y su relación con la formación docente, las que dan cuenta de la necesidad de contar con estándares TIC para la formación inicial de docentes, de manera incorporen estos saberes de manera más adecuada con los esfuerzos realizados en otras áreas, se acojan las exigencias de las tendencias actuales en educación y las necesidades formativas generadas por la cultura informática.
El potencial de las tecnologías digitales: La inserción de las TIC en los contextos educativos pueden reportar beneficios para el sistema educativo en su conjunto: alumnos, docentes y la comunidad educativa en general. En el caso de los docentes, las tecnologías ponen a su disposición diversos recursos digitales: software, documentos, página web, etc, facilitan la participación en redes de docentes, apoyan el trabajo de proyectos en forma colaborativa con otros centros educativos (Harasim et.al., 2000, Hepp, 2003). Existe un convencimiento de la necesidad de utilizar las TIC para apoyar los procesos de enseñanza aprendizaje socialmente reconocido, al que la educación, desde la formación inicial docente debe hacerse cargo. Sin duda que estos escenarios representan nuevos desafíos que la educación debe abordar y para los cuales los docentes en formación deberían estar preparados.
Como estándar centrado en la FID, lo natural es integrarlos en el currículum de formación inicial, en las cuatro áreas de formación: general, especialidad, profesional y práctica. Adi- cionalmente, la propuesta reconoce la existencia de un con- tinuo con los primeros años de desempeño docente, donde se ponen en práctica, de manera contextual y situada, los diferentes criterios que dan forma a cada estándar. Esta con- dición permite su consideración dentro de los objetivos y orientaciones que dan forma a los ejes de práctica docente que conforman cada programa de formación inicial. Además, cabe advertir que incluir estos estándares TIC en la FID debe leerse como un todo y no como áreas de competencias sepa- radas, de manera de permear el currículum de formación. Recoger estos estándares como orientaciones o principios organizadores, permite, mediante una aproximación flexi- ble de las instituciones de educación superior, su adopción de acuerdo a sus propios contextos y preocupaciones. El desarrollo de los diseños de formación, por lo tanto, que- da abierto a la preocupación académica, para asegurar que los estudiantes incorporarán estos conocimientos, además, como resultado de esfuerzos de innovación. Las actividades de investigación y creación serán cruciales en el desarrollo de este campo de convergencia de saberes pedagógicos y tecnológicos, y el desarrollo de la inclusión de las TIC de- pende, en muchos aspectos, de la integración y diálogo de las disciplinas relacionadas.